Gustavo Blanco

Gustavo Blanco
Facilitador

No temas avanzar lentamente, teme solamente el detenerte.

Muchas veces nos preguntamos como lograr mejores resultados en la vida. Lo primordial es la actitud, nuestra predisposicion a querer hacer algo, la decision de cambiar y la voluntad que tengamos para sostener esa decision.

Todo es posible, en la medida que hagamos nuestra tarea. El éxito implica, esfuerzo y perseverancia. La manera cómo logramos resultados, respondera a nuestra capacidad, habilidad e inteligencia racional y emocional en el actuar.

El plan de vida puede ayudarlo a alcanzar resultados insospechados aplicando sencillos consejos estrategicos. La estrategia es la forma como hacemos realidad nuestros sueños.

Bienvenidos a El Plan de Vida ... en acción, espacio en el que podra: organizar, analizar, redefinir, reinventar su propia vida para su felicidad y el de toda la humanidad.


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mayo 04, 2011

El Plan Espiritual en Acción



Todo plan es un medio racional para coronar un objetivo.

La acción espiritual; aparentemente forma parte del mundo abstracto. Sin embargo, es mas real de lo que imaginamos.

El sino de nuestra vida esta marcada por nuestra esencia espiritual y muchas manifestaciones que podemos asociarlas con la herencia, la genética, la buena o mala suerte, la salud o la enfermedad, la dicha o la miseria a menudo tienen un origen espiritual negado al sentido de la vista y reservado al instinto de la percepción, la intuición y la energía.

Para construir una vida en equilibrio, el ser humano debe diseñar y ejecutar una estrategia espiritual, similar a la de un plan de acción, la misma que le procurará soporte y consistencia a la pretendida existencia con sentido que todo ser humano proactivo finalmente aspira.

Se incide mucho en el éxito, la gestión por objetivos, la innovación, la eficacia, la excelencia, pero se soslaya la importancia de la ética, los valores, las creencias, la fe, que a menudo se confunde con religiosidad pero que son ámbitos valiosos de la espiritualidad.

Tal como debemos preservar nuestra presencia e imagen de igual forma debemos cultivar nuestro espíritu y nuestra alma. Recordemos que ambas son parte de una misma moneda. El yo integral.

El cuerpo al final es solo la coraza perecedera de la vida terrenal, su principal enemigo es el tiempo, mientras que el alma es la energía viva que nunca muere, la energía que viaja, trasciende, se eleva y crece sabiendo que además de libre es eterna.

Para perfilar nuestro plan espiritual y ponerlo en acción, podemos utilizar la misma metodología sugerida para nuestro plan de vida, es decir podemos definir cuatro grandes cuadrantes: El Diagnostico, la Formulación, la Ejecución y la Evaluación espirituales.

El diagnostico espiritual, es la fotografía actual, el análisis situacional, el informe preliminar del nivel de espiritualidad que tenemos, en esta primera etapa, podemos revisar y analizar tanto las fortalezas como las debilidades así como los factores positivos y negativos que poseemos.

En la formulación espiritual, nos corresponde perfilar la visión (el sueño), la misión (el objetivo superior) y los valores espirituales que estamos dispuestos a desarrollar.

Luego pasaremos a la tercera etapa, la ejecución, donde debemos escribir nuestros objetivos y estrategias espirituales que estamos dispuestos a desarrollar.

Los objetivos son enunciados que debidamente formulados y ejecutados nos depararan resultados de superación y mejora. Las estrategias por su parte son todos los medios específicos que usaremos para hacer realidad los objetivos espirituales que aspiramos.

La cuarta y ultima etapa es la del monitoreo, donde se realiza un seguimiento, evaluación y retroalimentación espiritual que enriquezca nuestro accionar en un determinado periodo de acción.

Para tener éxito debemos contar con un plan de acción y tener la capacidad de desarrollarlo; para ser feliz debemos dar vida a un plan espiritual que sintonice con la energía propulsora del universo.

Somos materia, somos mente, somos espíritu, debemos trabajar y desarrollar nuestro mejor potencial en cada uno de estos planos para así disfrutar de una existencia plena, llena y en equilibrio, al final del día, la felicidad profunda y duradera no es una casualidad sino un sutil desafío que debemos asumir como constructores y responsables de nuestro propio destino.

abril 23, 2011

El Plan Espiritual



A lo largo de nuestra vida pasamos una serie de pruebas y exigencias, cada sociedad y cada cultura impone sus reglas, sus mitos y sus retos y todos de alguna manera tratamos de amoldarnos a ellos, cuando somos niños muchas acciones y actividades nos resultan simplemente incomprensibles y cuando llegamos a la adolescencia nos revelamos frente a todo aquello que signifique autoridad o miedo, de ahí que sea la pubertad el inicio de muchos conflictos entre los padres y los adolescentes, luego llegamos a la juventud y con toda esa energía desbordante soñamos con un mundo ideal que quisiéramos cambiar, amoldar, enderezar, mejorar pero con la madurez comprendemos que la vida no es un capricho, que el destino no es un deseo y que la verdadera felicidad no se encuentra sino que se construye, se edifica, se cultiva.

Sostenemos que ser feliz tiene que ver con la actitud frente a la vida, pero también tiene que ver con el grado de crecimiento espiritual que hayamos sido capaces de desarrollar.

La vida de realización y plenitud pasa necesariamente por mantener una vida en equilibrio, crecimiento y cambio proactivo, pasa por ser un proyecto elaborado donde hayamos condensado nuestra capacidad intelectual y creativa con la esfera emocional y sentimental, pasa por tener una personalidad definida y una integración familiar sólida, pasa por el compromiso social y nuestro aporte comprometido con el entorno y por su puesto pasa por la relación espiritual que hayamos construido con el Creador, con nuestro Dios con la esencia de la vida, el dador de bienestar y portador de la Luz y la Verdad eterna.

Todo plan de vida parte de un diagnostico, una formulación, una ejecución y una evaluación dinámica que afine corrija y relance todos nuestros esfuerzos en un esquema de mejora continua que nos permita crecer, ser mejores seres humanos, personas mas proactivas, efectivas, eficaces y eficientes que aporten, construyan, avancen, se integren, promuevan, mejoren, logren y superen sus propios desafíos, en esta cadena de éxito y realización existen un ingrediente que suele faltar en muchas vidas, es el ingrediente espiritual, de ahí que podamos tener mucho dinero y riquezas y sintamos un vacío existencial, podamos haber culminado estudios, desarrollado proyectos, formado empresas pero sintamos que algo nos falta para lograr bienestar sostenido, realización plena, armonía y trascendencia.

Ya que los resultados concretos son tan importantes como los sentimientos abstractos, ambos debemos definirlos, y trabajarlos. Ambos representan las dos caras de una misma moneda, dos esferas complementarias como lo son el día y la noche, el balance significa equilibrio, cuando este se rompe, se afecta se altera sufrimos, padecemos, nos sentimos desafortunados, entonces a nuestro plan de vida efectivo debemos complementarlo con un plan espiritual permanente, un plan espiritual que sea el artífice y el complemento de nuestra nueva vida donde interactúen tanto la prosperidad como la integridad; los hechos como los deseos, las acciones como los sentimientos, la dinámica con la calma, el ruido del éxito como el silencio de la felicidad, la confianza en uno mismo y la fe en el poder infinito del Creador.

En suma nuestro reto mayor en la vida pasa por formular y ejecutar nuestro plan de vida sintonizado, afinado e inspirado con el plan de Dios.

El espíritu es una manifestación de energía intangible, habita en nosotros por siempre, es un testigo oculto, silencioso y discreto de todos nuestros actos, de nuestros pensamientos y sentimientos, de nuestras victorias y derrotas, de nuestros éxitos y fracasos.

El espíritu es el activo moral que habita en nuestra consciencia que nos permite reconocernos como seres humanos, que se alimenta de los valores, que nutren nuestra alma y que inicial y finalmente nos conecta con la energía superior y trascendente que reconocemos como Dios padre Todopoderoso, eterno y omnipresente, de ahí que el lenguaje de comunicación con esta esencia sea la oración así como el conocimiento, interpretación y aplicación de la Palabra de Dios.

Para cultivar la felicidad profunda y duradera debemos tener un plan de acción definido directamente complementado con nuestras estrategias espirituales que nos haga seres humanos íntegros, realizados, equilibrados, hacedores y conocedores del dar y el recibir, capaces de amar y perdonar, libres para crear, transformar y mejorar, seres humanos que actúan en diferentes planos como el intelectual, físico y espiritual.

Si buscas tu esencia y aspiras a la trascendencia recuerda mantener tu plan de vida activo y ser capaz de entender el Plan de Dios. Ambos son las dos caras inseparables de una valiosa y única moneda: Tu.

febrero 05, 2011

Las Metas en el Plan de Vida en Accion


El proceso de planeamiento constituye en si un conjunto ordenado y jerarquizado de objetivos y metas, que van desde el objetivo trascendente que es la visión, pasando por el objetivo superior que es la misión, y los objetivos y estrategias que decantan ordenadamente dentro de la ejecución del plan de vida, es decir, las metas son la parte mas activa, viva, real, efectiva, tangible dentro del proceso.

Más allá de las diferencias semánticas, en el plan de vida en acción utilizamos indistintamente los términos objetivos y metas como enunciados de acción efectiva. Ambos son desafíos que retan nuestra capacidad y nos impulsan a actuar, respondiendo siempre a la pregunta QUE?. Las estrategias serán el COMO?

La gestión por objetivos y resultados es ampliamente conocida y efectiva a nivel organizacional, de manera que en la esfera personal puede tener los mismos efectos de orden y logro que cualquier persona aspira dentro de una estrategia de crecimiento, maduración y éxito.

La ventaja de fijar metas concretas es que podemos ser testigos del avance y así retroalimentar nuestro propio proceso de mejora continua. No existe nada que en lo personal no podamos mejorar, una característica propia del ser humano es su potencial y las sorprendentes oportunidades que en ese activo intangible podemos encontrar.

Por supuesto que siempre habrán nichos estratégicos típicos que resulten mucho mas cercanos como el de acumular dinero que nos permite mayor independencia financiera, porque ese objetivo nos puede procurar un paraguas de tranquilidad para desarrollar metas en otros campos, sin embargo, no solo de pan vive el hombre, dentro de nuestro propósito serio de superarnos como seres humanos, debemos mantener un equilibrio sano entre por lo menos los siguientes planos: la mente, el cuerpo y el espíritu, esta trilogía bien cimentada constituye una roca sólida que soportara nuestro crecimiento.

Estos tres aspectos: mente, cuerpo y espíritu, están íntimamente relacionados e interactúan permanentemente, no debemos olvidar que si lo que buscamos es realización y trascendencia y tener una vida equilibrada tenemos que trabajar en estos tres planos.

En un nivel mas practico existen otros aspecto cruciales en el mundo real, vinculados con las finanzas, las relaciones familiares, las redes sociales, el trabajo como fuente de subsistencia, la educación, conocimiento y desarrollo de habilidades, el área recreacional y por su puesto las creencias que son la clave de transformación de lo imposible, la fe que tanto reconforta como alimenta, entre otros son aspectos que deben ser atendidos de alguna manera en la formulación de metas y objetivos sistematizados dentro de un plan de vida en acción que funcione, que motive, que rete, que sirva, que transforme.

Al margen de la metodología de planeamiento que puede ser una barrera de entrada para el común de las personas que desean estrategias simples que los lleven a mejoras concretas, mi sugerencia es que comience este nuevo año considerando tres ingredientes inseparables: una actitud ganadora, una estrategia hacedora y una ambición sana por ser mejor persona, dentro de esa dinámica formule objetivos concretos, hágalo ahora mismo siguiendo las siguientes recomendaciones y póngase a caminar, a hacer, a actuar, en este camino ascendente no importa realmente avanzar lentamente lo que si realmente afecta es el detenerte, el paralizarte, el no hacer nada.

Formule tres objetivos para los próximos tres meses, piense en las pequeñas cosas concretas que siempre ha querido cambiar y que por alguna razón no lo ha hecho, entonces haga la siguiente determinación y repítase ahora mismo: HOY HE DECIDIDO CAMBIAR Y VOY A MEJORAR A PARTIR DE MI PROPIO ESFUERZO Y PARA BENEFICIO PERSONAL Y DE TODAS LAS PERSONAS INVOLUCRADAS DIRECTA O INDIRECTAMENTE CONMIGO.

Esta declaración es un acto de FE, recuerde que la fe es la certeza de lo que no se ve y la convicción de lo que vendrá, crea en usted y en sus facultades, si usted desea profundamente algo, decide alcanzarlo, lo declara como real, cree verdaderamente que lo obtendrá, y se pone ha actuar (necesita usted hacer algo, necesita pagar el precio) con seguridad ese cambio esta garantizado, usted lo obtendrá y emocional y racionalmente lo disfrutara.

Sus objetivos deben reunir al menos lo siguientes requisitos:

1.- Formularlos en verbo infinitivo (acción) Lograr, bajar, ahorra, leer, viajar …
2.- Déles una dimensión de tiempo (fecha) abril del 2011, en 60 días, 4 semanas, etc.
3.- Unidad de medida (cuantifíquelos) 1 viaje, 10% de mis ingresos, 2 libros …

Empiece con metas sencillas atendiendo aspectos concretos bajar de peso, mejorar las relaciones familiares, ahorrar, estudiar, etc. la transformación es posible y lo más importante es que esta en sus manos, recuerde que con determinación y la bendición de Dios todo, absolutamente todo es posible, por propia experiencia comprobara que los milagros si existen. Suerte y comience a disfrutar su éxito ya, vera que es así de fácil.

Acaso no es la propia vida un milagro, aquello que llamamos coincidencias son energías convergentes que hemos atraído del universo infinito, por eso la suerte, la felicidad y el éxito no son circunstanciales son provocados y la chispa que enciende el espíritu triunfador, victorioso, creativo e innovador se llama actitud. La actitud positiva es un ingrediente inseparable que contagia nuestra mente, cuerpo y espíritu y es una señal real que Dios habita en nosotros. Recuerde que con fe en el Creador y acción efectiva todo es posible.

enero 02, 2011

Balance y Perspectivas


El final de un año e inicio de otro es un espacio preciso para realizar dos ejercicios importantes en la consolidación de nuestro plan de vida.

Sea que usted viene desarrollando el suyo o que haya decidido utilizar esta herramienta para mejorar su eficacia personal, le recomiendo tomarse un tiempo para pensar sobre el rumbo de su vida, sobre su nivel de logro y realización, sobre su equilibrio y bienestar, sobre los retos y desafíos venideros y sobre el aprendizaje respecto a los errores, intentos y fracasos que haya tenido.

Si nunca a puesto en blanco y negro un plan personal, puede agarrar algunas hojas de papel y comenzar de esta sencilla manera:

1.- Diagnostico.- Utilice el análisis F.O.D.A., en el primer papel haga 4 cuadrantes. En el primer cuadrante escriba aquellas actitudes, aptitudes y competencias personales que las considere como Fortalezas (aspectos positivos internos). En el segundo cuadrante anote todas sus limitaciones o Debilidades (aspectos negativos internos). En el tercer cuadrante ponga las Oportunidades que vea en su entorno (aspectos positivos externos) y finalmente en el último cuadrante ponga aquellos escenarios o circunstancias externas que le puedan resultar adversos, es decir las Amenazas.

2.- Formulación.- Una vez situado en el punto de partida actual y consciente de la información personal que ha analizado en el primer paso, comience el ejercicio de proyección hacia el mañana deseado. Lo primero que debe hacer es determinar su misión en la vida, el que por qué y para qué de su existencia. Un ejercicio de ayuda es ensayar un epitafio, el como le gustaría ser recordado. El segundo ejercicio es desarrollar el sueño, la visión positiva del futuro, es la declaración auto motivadora que debe redactar considerando en condiciones ideales cual seria el escenario perfecto que facilitaría su propósito en la vida. El tercer paso es considerar un código de ética, 4 o 5 principios y valores que estimulen, refuercen su lado espiritual, su consciencia, su entendimiento de lo bueno que le favorece y lo malo que le perjudica. La formulación es la parte filosófica del plan de vida.

3.- Ejecución.- Elabore un conjunto ordenado y equilibrado de objetivos y metas que lo ayuden a mejorar en diversos campos de su vida. En cada objetivo incluya un verbo infinitivo: Lograr, realizar, mejorar, crear, etc, … considere una unidad de medida, recuerde que aquello que no se puede contar no se puede controlar y póngale una dimensión de tiempo, fecha, para cuando debe tener logrado el objetivo propuesto en el estándar deseado. Posteriormente elabore estrategias para la realización de cada objetivo. Recuerde que si los objetivos son el QUE, las metas son el COMO. Cada objetivo debe contar con un conjunto especifico de mateas que faciliten paso a paso su realización.

4.- Evaluación.- En esta etapa final es que nos corresponde efectuar el balance de nuestro plan de vida para ponerle una perspectiva de innovación y mejora hacia el futuro. En la evaluación se analiza el nivel de logro, la calidad del mismo, las dificultades que pudieron impedir un mejor resultado, el como pudo haberse hecho un mejor trabajo, mas eficiente, mas productivo, mas compartido.

El primer ejercicio, en esta etapa es precisamente el balance, contablemente es considerar el activo y pasivo de nuestra gestión. En el Activo debemos considerar todos nuestros logros, los beneficios, las ganancias, todos los resultados positivos que están impulsando nuestro desarrollo y crecimiento personal. En el Pasivo debemos considerar todas las deudas, los intentos fallidos, los fracasos, las derrotas, los resultados negativos que han empañado nuestra gestión personal.

Este análisis de pros y contras nos proporciona importante información para ajustar, afinar, reforzar y corregir nuestro accionar así como nos permite perfilar a partir de ellas otros objetivos y estrategias que nos aseguran la mejora continúa dentro de un escenario de superación positiva.

El segundo ejercicio es poner las cosas en perspectiva, la perspectiva es analizar las variables en su conjunto y realizar una proyección ambiciosa pero realista del desarrollo de nuestro potencial; en este ejercicio cuenta mucho la aptitud estratégica, saber diferenciar lo medular de lo accesorio, precisar los objetivos fundamentales y enrumbarnos con toda nuestra energía, con actitud ganadora y convicción plena hacia el logro, la superación y porque no la trascendencia.

Tener un plan de vida y ejecutarlo mejora nuestra eficacia a corto mediano y largo plazo, el plan canaliza nuestros esfuerzos, nos da un norte, mejora la administración de nuestros recursos y ordena nuestro accionar.

A lo largo del año que termina hemos compartido diferentes aspectos del plan de vida en acción, que faciliten su comprensión y realización, creo que el complemento perfecto para un plan de vida equilibrado es descubrir el plan de Dios. Cada uno de nosotros vino al mundo con un propósito, es nuestro deber encontrarlo y seguirlo. El plan humano es racional y parte de un diagnostico, el plan divino es celestial y actúa a la inversa, va desde el final hacia el comienzo, Dios ya sabe lo que tiene reservado para nosotros con antelación, nos corresponde hallar el camino y encontrar ese propósito.

Hace algunos días un amigo me sugirió el no tratar de entender la lógica de Dios y tiene razón, nuestra limitada capacidad humana jamás podría comprender racionalmente ni el tiempo, ni el espacio, ni la voluntad, ni la omnipresencia, ni la inmortalidad del Creador, porque no basta un esfuerzo mental, es una cuestión de fe, de credo y convicción, y en este aspecto no se trata simplemente de adherirse a una religión, se trata de establecer una relación con Dios e intentar con humildad alinear nuestro plan de vida con el plan que Dios tiene reservado para cada uno de nosotros.